El Asedio: Cap. 4 Esc. 6

Recepción del embajador inglés Wellesley, hermano del general Wellington, no en la embajada de la calle Amargura, sino en zona neutral, en un palacete alquilado, propiedad del marqués de Mazatlán, incautado por jurar al intruso José Bonaparte.

“Se festeja el éxito angloespañol del cerro del Puerco, aunque dicen que se trata de una maniobra diplomática para suavizar tensiones entre aliados después del rifi rafe entre los generales Graham y Lapeña.” (189)

Foto 4.6.1 Palacete marqués Mazatlán. (No localizado.)

Asiste Lolita Palma. Viste de azul, el corpiño ceñido y talle bajo, con una mantilla de encaje dorado sobre los hombros y el pelo recogido con dos peinetas de playa… Al cuello un camafeo de familia en un junquillo de oro. (194)

Ve entrar a Emilio Sánchez Guinea, con su hijo y el capitán Lobo. Este viste casaca de paño azul con botones dorados y calzón blanco.

“Lolita Palma lo sigue con la vista mientras éste se mueve despacio por el salón, las manos cruzadas a la espalda sobre los faldones de la casaca, el aire tranquilo y un poco ausente.” (198)

Entran en conversación.

“De cerca su rostro no es desagradable, pero está desprovisto de finura. Nariz grande, tosco el perfil. [..] medio oculta por las patillas y el cuello de la casaca, hay una cicatriz en diagonal tras la oreja izquierda que penetra en el nacimiento del pelo, hacia la nuca. El color claro de sus ojos es verde, semejante al de una uva recién lavada.” (200)

“No es difícil imaginarlo en tugurios de mala nota situados entre la Puerta de Tierra y la Puerta de Mar, o en los colmados de jaleo y mujeres fáciles de la Caleta.” (201)

Foto 4.6.1 Puerta Tierra.

Foto 4.6.2 Caleta.

Foto 4.6.3 Puerta del Mar.

Foto 4.6.4 Puerta del Mar.

“… manos anchas, fuertes, con uñas romas…” “… quizás haya matado hombres, piensa ella de pronto. Mirándolos con aquellos ojos felinos e impasibles.” 202 ss

A la hora de marcharse, Lolita coincide en el vestíbulo con el capitán de ingenieros Lorenzo Virués, quien la acompaña a casa, y de camino le narra el episodio entre él y Pepe Lobo cuando estuvieron prisioneros en Gibraltar, por el cual se tienen mutua antipatía. Estaban confinados, pero libres por la isla, bajo palabra de no escapar. Como Lobo lo hiciera, al resto los encerraron en Moorish Castle.

“Bajan juntos las escaleras y salen a la calle… ” “Algunas palomillas de aceite iluminan la Virgen de la esquina del Consulado Viejo…” (204)