Barrull y Tizón transitan por el “empedrado de la plaza san Antonio.” Mirando alrededor: hay coches estacionados frente a la confitería de Burnel y el café de Apolo. (302).
Camino del Mentidero, paran en el colmado de la calle Veedor a tomar una tortilla de berenjena. (303)
Barajan la hipótesis de que el asesino actúe cerca del lugar de los impactos de bombas que han explotado pero no causado víctimas.
Salen del colmado. Siguen hasta el Mentidero, lo atraviesan en dirección a la muralla y el mar “entre más bultos oscuros de gente que forma corros sentada en los bancos, sillas y mantas extendidas en el suelo… […] algunas familias de los barrios más expuestos a los bombardeos vienen a pasara las noches al raso por esta zona, en la playa y el cercano campo del Balón, sin que falten vino, guitarras ni conversación hasta las tantas.” (307)
Foto 6.5.4 Mentidero |
Foto 6.5.5 Gonzalez Tablas. Salida desde el Mentidero hacia el Balón. |
Foto 6.5.6 Campo del Balón. |
Leve claridad crepuscular entre el parque de artillería y el cuartel de la Candelaria, al final de la plaza. Destellos lejanos del faro de San Sebastián. Llegan hasta la glorieta del paseo del Perejil. (308)
Siguen camino más allá del baluarte de la Candelaria, adentrándose en los árboles de la Alameda. “La iglesia del Carmen está a oscuras, con las puertas cerradas y sus dos espadañas elevándose sobre la imponente fachada envuelta en sombras.” (308)
Discuten sobre la reciente abolición del tormento por las Cortes. Recuerda Tizón al forastero sorprendido el día anterior espiando a las jóvenes costureras de los talleres de ropa de la calle Juan de Andas. Varias horas de aplicación rigurosa para sacar en claro que no es él.
Detenidos frente a casa de Tizón, apoyados en la muralla entre dos garitas. “Enfrente se entrevén las siluetas negras, cascos y palos, de los navíos españoles e ingleses fondeados a poca distancia.”
El profesor Barrull le sugiere, para establecer dónde y cuando caerán las próximas bombas, preguntar a los franceses.
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