Lolita Palma asiste por primera vez a una sesión de las Cortes. Preside la asamblea el joven Fernando VII, el sillón vacío. Lienzo colgado bajo el dosel del oratorio de San Felipe Neri. (410)
“La posición del grueso de los diputados es flexible: según los asuntos a debatir… la mayor parte se muestra a favor de las reformas, pese a su filiación original católica y monárquica… por otro lado… los partidarios de la nación soberana gozan de más simpatías que los defensores del poder absoluto del rey.” (412)
El presidente suspende la sesión, que se reanudará a puerta cerrada. Salen público y diputados. En la calle se forman corros y debaten acaloradamente las incidencias del interior. La calle Santa Inés está llena de gente que discute. Entran y salen de una fonda, donde aprovechan para tomar un refrigerio. (418).
Abren las puertas en San Felipe para continuar la sesión, esta vez sin público en las tribunas.
Se escucha un estampido cerca, en dirección a la torre Tavira. Otra bomba. Ha estallado en la calle del Vestuario. (421).
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